Hace mucho mucho tiempo, existió un hombre muy avaro, (tanto era así) que su mujer la pobre cuando iba a hacer la compra, con lo que el le daba, no tenia ni para comprar lo que necesitaba.
Cuando su mujer venia de la compra, el le pedía que (le dijera) lo que había costado todo, pero como el no sabia de cuentas muy bien, cogía un puñado de habichuelas y le hacia la cuenta de todo lo que había traído.
La mujer desesperada con su marido no sabia que hacer, ya que ella era una buena mujer y no se merecía que la tratasen así.
Entonces pensó como hacer que su marido no fuese tan avaro, cogió todas las habichuelas que tenia en su casa y las guardo donde el no las encontrara, solo dejo un puñado para hacer un guiso.
Cuando llego la hora de la comida (le dijo) a su marido que estas eran las ultimas habichuelas que quedaban y que mañana tendría que ir a comprar mas, el marido no se opuso, con muy mal genio le (dijo) - de acuerdo.
Y a la mañana siguiente, le dio su marido el dinero como siempre lo mínimo para cada cosa, y (le dijo) que no se olvidara de las habichuelas.
Ella pensó que haría la compra como de costumbre, pero que no le traería las habichuelas, así que a la vuelta llego a su casa y su marido enseguida le pidió las habichuelas para hacerle la cuenta, pero ella fingió estar muy preocupada, porque al tendero de la tienda se les había acabado.
Y su marido enfureció tanto, que ella salio corriendo de la casa, y desde fuera vio como su casa temblaba y desde el suelo salia una fuerte luz, duro unos instantes, pero cuando todo acabo entro en su casa y su marido nunca mas hablo.
Y desde entonces, se pasaba el día mirando por la ventana sentado en su vieja silla.
Lo que paso aquel día nadie lo sabe, ni siquiera la mujer, lo cierto es que desde ese día, ella iba a la compra muy tranquila, ya que el nunca mas le dijo nada.
(A y lo cierto es) que nunca mas hubo habichuelas en esa casa.
Fin