martes, 14 de junio de 2016

El gato Goragora.

Había una vez un gato al que llamaban Goragora y al que le gustaba mucho salir a pasear por la noche.
Goragora no era un gato corriente, ya que desde muy pequeñito, solía gustarle mucho el queso.
Sus ojos eran de un color negro intenso, a pesar de ser blanco como la nieve, y tener unas patitas muy suaves.
A este pequeño gatito le gustaba mucho (comer queso), lo que le hacia muy especial, ya que el queso es la comida favorita de los ratones.
Pero a Goragora eso no le importaba demasiado, a pesar de que los otros gatos del barrio, se reían de  el.
Una mañana en la que se sintió mal, (con un gran dolor de barriga) fue a que lo viese el gato mas viejo de su barrio, llamado Peluso.
Este viejo gato era muy astuto, ya que a cambio de sus consejos, siempre pedía algo de comer y tenia que ser algo muy delicioso.
Así que Goragora sin pensárselo dos veces, fue a la cocina de su ama y cogió una sardina, sin que su ama lo viese.
Y acto seguido se fue a ver a Peluso, el gato sabio que ayudaba a otros gatos cuando se sentían mal.
Cuando llego a el lugar donde vivía Peluso, Goragora se apresuro a darle la sardina, para que a cambio le curase aquel tremendo dolor de barriga.
El gato Peluso cogió la sardina y después de mirar al gato Goragora (le dijo) que si no quería seguir teniendo dolores de barriga, debía de dejar de comer queso.
Pero eso no le gusto mucho a Goragora, ya que era su comida favorita.
 Aunque el gato Peluso (le dijo) que si no dejaba de comer queso, su barriga cada vez le dolería mas y acabaría convirtiéndose en un ratón.
Así que el gato Goragora, ya no volvió a probar mas el queso, por mas que le gustara, ya que tenia miedo a dejar de ser un gato y convertirse en un raton.