Había una vez una paloma, que hizo el nido en una maceta que estaba en el balcón de una casa, donde vivía un hombre ya mayor.
La paloma tenia su nido muy cuidado, ya que en el había dos huevos.
Aquel hombre se había dado cuenta y por eso no regaba ya aquella maceta a pesar de que se estaba secando.
El hombre como vivía solo se pasaba el día pendiente de la paloma, ya que sin darse cuenta se había acostumbrado a ella.
Mientras el se pasaba gran parte de su tiempo sentado en su viejo sofá, la paloma iba y venia para que los huevos no se enfriasen .
Todos los días el bueno de aquel hombre le dejaba trigo en el suelo junto a su nido y la paloma se lo comía.
Ya que aquella paloma había perdido su pareja y estaba sola con sus dos huevos.
Pasaron casi veinte días y uno de los huevos empezó a romperse, y paso justo en el momento que su madre no estaba allí.
El pequeño con gran dificultad rompía su cascaron, y justo cuando estaba casi a fuera , vino su madre.
La paloma estaba muy contenta ya que al fin una de sus crías había nacido, solo esperaba que la otra también lo hiciera pronto.
Pero paso una semana y el otro huevo no se había roto, la paloma estaba muy preocupada, pensando que quizás no hubiese tenido la misma suerte que su hermano.
Pero el hombre observando todo lo que pasaba, decidió intervenir- cuando la paloma dejo el nido por un rato- el cogió el huevo y con mucho cuidado lo abrió un poquito, y allí estaba la pequeña palomita, intentando moverse- muy débil.
Le quito un poco la cascara y lo dejo en el nido, la paloma al llegar vio como estaba su hijo, y se dio cuenta de que necesitaba ayuda.
Así que decidió abrir el huevo con su pico para ayudar a salir a su hijo- eso si - con mucho cuidado.
Paso toda la noche pendiente del huevo y por la mañana su hijo ya estaba fuera del huevo.
Pero su hermano estaba muy espabilado y no se quedaba quieto ni un momento, así que tardo un poco mas en recuperarse, pero al final se recupero.
Había pasado un mes y los polluelos estaban preparados para volar, ya estaban cubiertos de plumas y el mas pequeño era todo blanco, mientras el mayor era de color gris.
Su madre les dijo vamos hay que volar, todo esto siendo observado por el hombre que vivía en aquella casa.
Y la paloma mayor salio volando, desplegando sus plumas y meneando sus alas con el viento, pero en cambio el pequeño no quería tenia miedo.
Su madre (le dijo) que si no echaba a volar se quedaría solo, pero el dijo. que no le importaba, que se quedaría allí que ya volaría otro día.
A lo que su madre le dijo: yo tengo que marcharme tu ya eres mayor yo no puedo cuidarte siempre,y diciéndole esto se marcho.
Ella lo hizo por su bien para que volase como todas las palomas,y pensó que si ella se quedaba con el jamas tendría el valor que le hacia falta.
Y allí se quedo solo, estuvo un día entero sin comer, cuando de repente aquel hombre lo cogió y lo puso en el suelo donde le había puesto trigo para que comiera.
El hombre le dijo: pequeño no sabrás volar, pero si andar, así que puedes quedarte conmigo todo el tiempo que quieras, hasta que decidas marcharte y volar.
Aquellas palabras fueron un sueño para la paloma, porque se quedo junto aquel hombre que la cuido durante mucho tiempo.
Hasta que un día harto de ver volar a otras palomas decidió marcharse y volar, así que alzo sus alas y voló, fue una sensación tan buena para la paloma que voló y voló.
Para despedirse de aquel buen hombre que la había cuidado tanto (cogió una hermosa flor) de un campo cercano y se la dejo en el balcón.
El hombre al ver aquello entendió que la paloma tenia que marcharse, aunque sabia que algún día volvería de nuevo,y el la estaría esperando.
Fin