domingo, 11 de diciembre de 2016

La Noche Buena de JJ.

Era la noche de Noche Buena, y en una gran ciudad vivía un joven muchacho llamado JJ, estaba allí buscando una nueva vida lejos de su pueblo, ya que soñaba con llegar a ser un triunfador en la vida.
Pero la ciudad no era como el la había soñado, era un lugar donde la gente parecía ir a lo suyo y siempre con prisa,  al pasar por la calle no se saludaban, no parecían ni verse, es por eso que los sentimientos de JJ se iban hacia el único lugar que recordaba de otras navidades, su casa situada en un pequeño pueblo de pescadores.
Pero no todo era malo en la ciudad, ya que la Navidad era una época muy bonita en cualquier lugar y las calles al igual que las tiendas estaban alumbradas y decoradas con arboles de Navidad y todo lo que ello llevaba, dejando ver el espíritu Navideño.
Aunque JJ añoraba mucho a su familia, pero no podía ir su pueblo estas Navidades, ya que trabajaba en una oficina de Teléfonos y como llevaba poco tiempo no tenía vacaciones, así que lo intentaba llevar lo mejor posible.
La vida no es fácil para nadie pensaba JJ y mucho menos en los tiempos que corrían, ya que era una suerte encontrar un trabajo.
Día a día tenia que ver como la gente en la calle pedía limosna con niños pequeños en los brazos, a la vez que también paseaban personas por la calle cargadas de regalos, JJ no entendía porque había tanta gente pasando hambre y otras gastando el dinero en cosas que no les servían para nada.
Pero era la noche de noche buena y todo a su alrededor inspiraba amor y esperanza para el y los demás.
Aunque como todas las pequeñas cosas, mas grandes, pasan cuando menos lo esperas y así fue como aquella noche casi a punto de cerrar la tienda donde trabajaba JJ, una mujer ya mayor vino a comprar un nuevo teléfono, ya que el suyo se le había caído al suelo ese mismo día, con la mala suerte que se le había partido y justo esa noche era cuando mas lo necesitaba.
Aunque tenia muy poco dinero y tenia miedo de que no le llegase para comparar un nuevo teléfono.
 Según -dijo- ella ya que desde hacia varios años, la noche de Noche Buena esperaba la llamada de su único hijo que vivía muy lejos de allí y estaba impaciente por hablar con el y sus nietos ya que se sentía muy sola.
Así que JJ conmovido por aquello atendió a esta mujer de un manera muy especial, demostrándole todo su respeto y confianza.
Así que el fue a buscar dentro del almacén un teléfono muy económico, que ya apenas se vendía, a pesar de que el tenia la obligación de intentar vender siempre los mas caros de la tienda.
Aquella mujer agradecida por el trato recibido y haberle buscado un teléfono tan económico, le deseo de todo corazón, una Feliz Navidad.
Pero la tienda parecía llenarse de gente cuando estaba casi a punto de cerrar, esta vez JJ tuvo que atender a un niño que decía que no encontraba a su madre.
Pero pequeño esto es una tienda de teléfonos, aquí no buscamos a las madres perdidas, llamare a un guardia le dijo JJ, pero en ese momento el niño se agarro a la mano de JJ y le pidió que por favor fuese con el a buscar a su madre.
JJ miro el reloj y viendo que faltaba apenas unos quince minutos para cerrar la tienda, le dijo al niño que de acuerdo, que si esperaba solo un ratito el lo acompañaría a buscar a su madre.
El pequeño casi consolado al oír esas palabras, se sentó en una silla junto al mostrador esperando que JJ  cumpliera lo que le había dicho.
Mientras una joven esparaba su turno, observabando todo aquello,  le ofreció a JJ su ayuda para buscar al la madre de aquel pequeño.diciéndole al momento a JJ -si quieres yo también puedo ayudar a encontrar a su madre, tengo tiempo de sobra, ademas a la tienda puedo venir cualquier otro día.
JJ sorprendido ante tanta generosidad, le dio las gracias y le pidió que esperase unos minutos hasta que cerrase la tienda.
La joven le dijo - de acuerdo- mi nombre es Maria y se sentó junto al pequeño.
Estaba casi a punto de cerrar la puerta de la tienda, cuando un hombre de mediana edad, le pidió por favor que le vendiese un teléfono ya que había perdido el suyo en el tren, y lo necesitaba para llegar a su casa, ya que hacia años que no venia a la ciudad y su madre no lo esperaba.
JJ apurado lo dejo entrar, a pesar de que era la hora de cerrar y le vendió un teléfono, esta vez aquel hombre parecía tener dinero ya que eligió el primero que vio sin importarle el precio.
Pero antes de marcharse, le dio las gracias y le deseo una Feliz Navidad.
JJ al fin pudo cerrar la tienda.
 Así que JJ y la joven acompañando al pequeño, salieron a buscar a su madre, y justo en la esquina de la calle una mujer estaba hablando con un guardia, cuando el niño dijo de repente - es mi mama, JJ has encontrado a mi mama, gracias, y aquel pequeño se quedo abrazando a su madre, mientras esta le daba las gracias por haberle devuelto a su pequeño y le deseaba una Feliz Navidad.
Así que feliz de ver que todo había salido bien, JJ le ofreció a la Maria una taza de chocolate caliente, en una cafetería cercana de allí.
Pero de camino a la cafetería en medio de la calle, vio una niña con su madre mirando una tienda de pasteles, pero lo que verdaderamente le llamo la atención a JJ es que la pequeña tenia los dedos de los pies fuera de los zapatos ya que eran pequeños para ella.
Así que acercándose a esta mujer y su hija, le dio su abrigo y el poco dinero que llevaba, la mujer sorprendida por aquello, le dio las gracias y le deseo una feliz Navidad.
Pero lo que estaba claro es que ahora no podía invitar a Maria al chocolate, pero en ese momento ella le dijo: que ella lo invitaba a el, y que nunca había conocido a alguien con tan buen corazón.
Así que unos minutos mas tardes, sentados en la cafetería hablando y riendo JJ se dio cuenta de la suerte que había tenido aquella noche, al sentir que podía ayudar  a los demás, solo siendo amable y teniendo un buen corazón.
Y en aquel momento JJ entendió que la Navidad era algo mas que estar junto a la familia y celebrar la Navidad, era dar lo mejor de uno mismo. pero no solo ese día, sino todos los días del año.

                                           FELIZ NAVIDAD


































domingo, 4 de diciembre de 2016

Mariela y el Halcon.

Mariela era una joven, con unos ojos tan verdes como, el valle en el que vivía.
Entre montañas y lagos, ella parecía sentirse parte de aquel lugar.
Su mejor amigo era un Halcon Peregrino, por el que sentía una enorme admiración, ya que su belleza y grandeza, eran sus mejores cualidades, según decía Mariela.
Un Halcon Peregrino nacido en las montañas, cerca de el rió que atravesaba el valle.
Un lugar casi mágico por su gran belleza, Mariela vivía con su padre en una cabaña, al lado del rió que atravesaba el valle.
Desde pequeña Mariela pasaba los días sola ya que su padre era un explorador, y siempre habia alguien que lo necesitaba.
Así que a Mariela, no le quedo otro remedio que buscarse un amigo,que nunca le fallara a pesar del mal tiempo, y el frió invierno que allí hacia.
Desde pequeña un Halcon, venia todos los días a la puerta de su casa, al principio Mariela le tenía miedo, pero poco a poco con el paso de los días, ella fue dejando que el Halcon, cada vez se acercase un poquito mas a ella.
Hasta que llego el día en el que Mariela y el Halcon fueron solo uno, ya que cuando el Halcon volaba el valle, por alguna extraña magia, ella veía a través de sus ojos, tanto que le parecía ser ella la que volaba.
Era una sensación de libertad, que solo podía sentir a través de los ojos del Halcon.
Día tras día Mariela y el Halcon recorrían el valle, a través de sus altas montañas y su largo río.
En cambio las noches se hacían muy largas, ya que el invierno parecía no acabarse nunca.
Un día en el que Mariela y el Halcon salieron a pasear, una tormenta de nieve les sorprendió y por unos instantes solo se oyó el aullar de los lobos. 
Mariela estaba muy asustada ya que no veía a su amigo el Halcon, y debido a la tormenta tampoco podía ver a través de los ojos de su amigo.
Se sentía perdida en la nieve, pero al menos ella sabia lo que tenía que hacer, si le sorprendía una tormenta fuera de su casa, ya que su padre le había enseñado a sobrevivir.
Lo primero que tenía que hacer era buscar un refugio donde protegerse, y encender un fuego, lo mas pronto posible, o se congelaría, del viento y el frió que traía la tormenta.
Mariela vio a lo lejos lo que parecía ser una cueva, así que ando lo mas deprisa que pudo, casi helada Mariela logro llegar a la cueva.
Apenas llego lo primero que hizo fue buscar alguna leña alrededor de la puerta de la cueva, necesitaba calentarse o moriría.
Así que después de un largo rato, Mariela consiguió encender un fuego, pudiéndose calentar y refugiar de la tormenta.
Aunque sus pensamientos se iban en el aire, pensando solamente en que donde podria estar su amigo el Halcon.
Y eso que su padre debía de estar muy preocupado por ella, ya que la noche se hacía evidente, y los lobos no dejaban de aullar.
Mariela sabía que no podía dormirse, a pesar de tener mucho sueño, ya que si se apagaba el fuego los lobos irían a por ella.
Pero sin poderlo evitar, Mariela llena de cansancio se quedo dormida, lo cual fue lo peor que pudo pasarla ya que el fuego acabo apagándose, y los lobos no tardaron en aparecer.
¿Que sería lo que pasaría ahora? Acaso Mariela moriría por los lobos o sería salvada de alguna manera.
Lo que paso fue que cuando todo parecía ya perdido, el Halcon entro a la entrada de la cueva desplegando sus grandes alas y arañando a los lobos con sus grandes garras.
En ese momento Mariela despertó, y se sintió muy feliz, al ver que su amigo el Halcon al final la había encontrado.
Los lobos se marcharon de allí,ya que el Halcon había logrado echarles de aquel lugar.
En aquel preciso momento, el Halcon moviendo sus grandes alas, encendió el fuego de nuevo y Mariela abrazada a el, buscando su calor, se quedo dormida de nuevo.
Así fue como una niña creyéndose Halcon, pudo lograr volar, ya que Mariela nunca mas despertó en aquella cueva.
Cuentan los mas viejos de aquel lugar, como su padre sintiendo un gran dolor, al perder a su única hija, le pidió a los Dioses de la montaña, que una vez al año cuando el sol estuviera en lo mas alto de la montaña, Mariela y el Halcon salieran a dar un paseo como siempre habían hecho.
Y así fue como un día al año, Mariela y su amigo el Halcon Peregrino pasean por la montaña, llegandolo a ver las gentes de aquel bello lugar.
                                                   Fin











































jueves, 1 de diciembre de 2016

Marta y Lucia, un cuento de Navidad.

Se acercaba el día de Navidad, faltaba muy poco para las vacaciones del colegio.
Este año Marta y Lucia, pensaban hacerle a su madre un regalo muy especial,  ya que le regalarían  un cuento por Navidad.
El cuento de un niño, que no creía en la navidad. 
Marta empezó con el cuento de esta manera:

Había una vez un niño muy pobre llamado Matías , al que nunca le traían regalos por Navidad, tan grande era su pena, que tenia que ver como todos los niños de su barrio, sacaban sus regalos para jugar el día de Navidad.
Y no era porque fuese un niño malo, sino que en su casa eran pobres, tanto que su madre tenía que pedir en la iglesia del pueblo, para poder comer cada día.
Su padre hacia años que se había marchado de su casa, así que solo estaba él y su madre.

En este momento Lucia dijo: Marta- para- no sigas escribiendo que me da mucha pena, ese niño.
No te preocupes le respondió Marta, es solo un cuento Lucia, no ves que a nosotras no nos faltan los regalos en Navidad.
Y siguió contando el cuento:
Este año Matías, quería que sus amigos viesen, que a el también le traían regalos por Navidad, lo malo era que no sabia como hacer llegar su carta al Polo Norte, ya que le habían dicho que era allí donde tenía que pedir sus regalos.
¿Que podría hacer el pobre Matías? si ni siquiera tenía una carta donde escribir lo que el quería.
Y ademas, el no creía en Papa Noel, ya que nunca se había acordado de el.
Pero la insistencia de sus dos amigos Pablo y Carlitos, fue lo que le convenció para que mandase una carta.
Su amigo Carlitos le dio una carta con un sobre, ya que el tenía dos, y como solo podía mandar una, la otra le sobraba.
Aunque Matías no salia de su asombro, y no paraba de decir: de verdad puedo quedármela, si claro que si, le respondió su amigo Carlitos.

En ese momento Lucia le pregunto a su hermana Marta, que sería lo que Matías le pediría a Papa Noel: espera Lucia no seas impaciente y déjame seguir con el cuento, le respondió Marta.
Y Marta siguió escribiendo:

Matías estaba tan feliz con su carta, que no quería mandarla por correo, ya que pensaba que podría perderse, así que decidió llevarla el mismo.
Matías estas loco, le respondieron sus amigos al oírlo decir eso, el Polo Norte esta muy lejos de aquí, y sin dinero no lograras ni siquiera salir del pueblo.
Eso ya lo veremos, respondió Matías desafiando a sus amigos.
Y se fue a su casa muy decidido a emprender aquel viaje, claro que no podría decírselo a su madre, ya que no le dejaría ir.
Así que cuando llego la noche y su madre se había quedado dormida, cogió su carta y una vieja manta que tenia a los pies de su cama, y se marcho, pensando que en un par de días estaría de vuelta, y entonces le contaría a su madre donde había ido.
Y se marcho por el camino que salia de su pueblo, pensando que seria toda una aventura llegar al Polo Norte el solo.
Pero las horas pasaban y la noche se hacía muy larga, así que decido dormir un rato, junto a un viejo árbol que había a un lado del camino.

¿Marta y no tenía miedo Matías? de estar solo en aquel lugar, le pregunto Lucia a su hermana con cara de asustada.
Pues claro que no, le respondió Marta algo enfadada, ya que Lucia no paraba de interrumpirla.
Y siguió con el cuento.

Los primeros rayos de sol, salían por la mañana reflejándose en la cara de Matías, lo que hizo que se despertara algo aturdido, pero con muchas ganas de seguir con su viaje.
Era casi mediodía, y a Matías le empezaba a rugir las tripas, ya que llevaba desde el día anterior sin comer.
Así que cuando vio una casa cerca del camino, no se lo pensó dos veces y muy decidido fue hacia ella, quizás allí le darían algo de comer.
Pero al llegar a la casa, se dio cuenta de que la puerta estaba abierta, así que decidió entrar, con algo de miedo y con mucho cuidado, Matías pregunto¿hay alguien aquí?.
Pero nadie le respondió, así que viendo en la mesa un plato de sopa caliente, decidió comérselo antes de que alguien apareciera.
Se atraganto al comer muy deprisa y cuando termino se quedo un rato sentado, fue entonces cuando una voz le dijo: Matías, ahora tienes que pagarme lo que te has comido.
Matías asustado respondió, pero yo no tengo dinero.
No es dinero lo que busco, sino que encuentres a tu duende, entre las bolas que hay en la caja que esta junto a la chimenea.

En ese momento Lucia temblando de miedo, le dijo a Marta- no quiero que le pase nada malo a Matías, y Marta con una sonrisa de confianza, le respondió a Lucia- no te preocupes que nada malo le pasara.
Pero Marta dejo de escribir, ya que era la hora de cenar, y su madre las estaba llamando.
Cuando Marta y Lucia acabaron de cenar, subieron rápidamente a su cuarto, ya que tenían ganas de acabar el cuento antes de irse a dormir.
Así que Marta siguió escribiendo:

Matías haciéndose el valiente respondió; vale lo haré, pero cuando la haya cogido me marchare que tengo mucha prisa.
Y la voz le pregunto de nuevo- ¿por que tienes tanta prisa Matías?, es que quiero llegar al Polo Norte antes de que acabe el día.
En ese momento la voz empezó a reír, y le respondió- no te preocupes que antes de que la Luna se asome, tu estarás allí.
Así que Matías se apresuro a coger una bola de aquella caja, pero al agacharse sin darse cuenta, la carta que llevaba en el bolsillo se le cayo al suelo.
Matías con cara de extrañado,cogió la bola y mirándola fijamente, pregunto¿que tengo que hacer con ella?
La voz le hablo de nuevo, pide que tu duende salga de la bola y pídele un deseo.
Matías a la vez que oía estas palabras, le dijo a la bola -sal duende- que tengo prisa, y diciendo estas palabras, un pequeño hombrecillo verde salio de la bola bostezando, ya que se quejaba de que lo habían despertado.
Lo siento señor duende, dijo Matías sintiéndose culpable.
¿ Que quieres? le pregunto aquel hombrecillo muy enfadado.
Yo, yo solo quiero llegar al Polo Norte, para entregar mi carta a Papa Noel- dijo Matías muy alterado.
Entonces cúmplase tu deseo- dijo el duende.
Y en ese momento un montón de lucecitas rodearon a Matías, por un momento, dejando a Matías casi aturdido, pero a la vez feliz por ver aquella belleza.
De pronto y sin apenas darse cuenta, vio que tenía los pies hundidos en la nieve y al levantar la mirada, se dio cuenta de que aquello tenía que ser el Polo  Norte.
En ese momento oyó a lo lejos, una risa muy grande que le decía ven acércate Matías, y entrégame tu carta.

Marta, Marta era Papa Noel verdad, le pregunto Lucia a Marta llena de emoción.
Si era Papa Noel, Lucia anda cálmate que sino no podre acabar el cuento.
Así que Marta diciéndole estas palabras, a Lucia siguió con el cuento.


Pero cuando Matías se metió la mano en el bolsillo, se dio cuenta de que había perdido la carta, así que pensó que su viaje había sido inútil, con lagrimas cayendo por su rostro y temblando de frío, por primera vez en mucho tiempo, deseo estar en su casa al lado de su madre.
Cuando de pronto, después de un rato sin darse cuenta de donde estaba, oyó una voz que le decía Matías despierta que ya es por la mañana y es Navidad.
Matías abrió los ojos y al ver a su madre, se sintió tan feliz que la abrazo, diciéndole lo mucho que la quería y que no le importaba no tener regalos ese día.
Pero mama -dijo Matías- yo si tengo un regalo para ti, te contare las aventuras de mi viaje, aunque creo que todo ha sido un sueño.
Matías le contó a su madre, lo que el creía que había soñado, pero con una gran sonrisa su madre le respondió- cariño mio, mi niño querido- no ha sido un sueño, ve a mirar junto a la chimenea y veras que te han dejado un regalo.
Matías no salia de su asombro, al ver un gran paquete con un lazo de colores tan brillantes, que daba pena abrir el regalo.

Marta y cual era el regalo- le pregunto Lucia muy emocionada.
A lo que Marta le respondió eso lo sabrás cuando le demos el cuento a mama y nos lo lea.
No se si podre esperar tanto- replico Lucia. Ahora duerme, dijo Marta que mañana es Navidad, y entonces le regalaremos a mama el cuento, y cuando ella lo lea sabrás el final.
Las dos niñas se quedaron dormidas, aunque muy tarde, así que a la mañana siguiente se levantaron adormiladas, pero cuando oyeron la voz de su madre que les decía- Marta, Lucia- bajar niñas que ha venido Papa Noel.
Las dos bajaron enseguida, pero no fueron a abrir los regalos a pesar de que lo estaban deseando, ya que primero le dieron el cuento a su madre.
Lucia impaciente por saber, cual era el regalo que Matías había recibido, le dijo a su madre- mama espero que te guste, este cuento ya que es tu regalo de Navidad.
Su madre muy emocionada cogió el cuento y empezó a leerlo, mientras Marta y Lucia sentadas junto a la chimenea, la escuchaban muy atentas.

 Claro que Matías no quiso abrir su regalo, ya que no le importaba demasiado lo que allí había, el solo quería estar junto a su madre, ya que se dio cuenta de que era lo mas valioso que el tenia
Pero Marta dijo su madre ¿porque no has puesto lo que le regalaron a Matías?.

Marta le respondió, si mama si lo he puesto, le regalaron una bonita noche, llena de sueños, ha pero también unos patines, eso era lo que había en aquel gran regalo.
Marta y Lucia abrazando a su madre, seguido de risas y juegos abrieron sus regalos y pasaron un bonito día de Navidad.
                                               FIN 
        Les deseo a todos Feliz Navidad y que os traigan muchos regalos y felicidad.