Era la noche de halloven y todas las casas tenían en sus puertas una calabaza con un trozo de carbón para protegerse de los malos espíritus y así poder guiar el camino iluminado a sus seres queridos que ya no estaban con ellos.
Bueno todas las casas tenían una calabaza, porque la habían cogido en el campo hacia varios días.
Pero dejaron una calabaza, solo una sin coger ya que ha nadie le gustaba su forma, ella no era redonda como las demás, estaba un poco aplastada así que nadie la quiso.
Ella veía a lo lejos a todas sus hermanas muy felices alumbrando las casas, mientras ella se sentía sola y abandonada.
Pobre calabaza, se había pasado toda su vida preparándose para esa noche, y ahora su sueño, (su mayor sueño) que había sido siempre formar parte de esa noche ya nunca se cumpliría, seguramente acabaría siendo la comida de algún animal.
La noche estaba muy oscura, y la pobre calabaza solo quería desaparecer de allí, (de aquel lugar), pero no podía, ya que no podía andar.
Sola y triste recordaba el día en que vinieron a por sus hermanas, y ella cada vez se iba quedando mas sola, al ver que nadie la quería.
Con los ojos llenos de lagrimas miraba al cielo, y su sueño se desvanecía entre las estrellas.
Aunque en el fondo de su corazón sabia que seguramente pasaría eso, ya que ella veía que era diferente a sus hermanas.
Pero paso algo que ella ya no esperaba, vio a lo lejos una luz que se dirigía hacia ella, y tuvo miedo creyó que aquel seria su final.
Así que cuando vio venir aquel hombre con un cuchillo empezó a temblar de miedo.
El hombre se acerco a ella, y con mucho cuidado corto la parte que la unía a la tierra, la cogió en brazos y le dijo: (calabaza hoy es tu día de suerte), ya que a pesar de tu forma seras la que alumbres mi casa, ya que mi pequeña esta enferma y esta esperando que le lleve una calabaza.
La calabaza al oír estas palabras se puso muy contenta, no solo tendría el honor de ser una calabaza como las demás, sino que ademas una niña la estaba esperando, (se podía ser mas feliz) pensó.
Al llegar aquella casa, aquel hombre la puso en las manos de su hija, entre ella y sus padres la adornaron y le pusieron un carbón dentro para que se viera su luz.
Al fin la calabaza había encontrado su lugar y ya no estaba sola, ahora era feliz.
Al fin la calabaza había encontrado su lugar y ya no estaba sola, ahora era feliz.
Fin.